martes, 8 de junio de 2010

Zendouniversitario

El primer semestre del año académico 2007-2008 comenzamos la práctica de budismo Zen en la Universidad de Puerto Rico en Bayamón. Cada martes a las 11:30 nos reunimos en nuestro nuevo zendo detrás de Académicos #3. Este Zendo es una máquina del no tiempo. De hecho, nuestro objetivo es dejar atrás la triada del pasado, presente y futuro para entrar en la dimensión del no tiempo donde la causa y el efecto no existen. Sidharta Gautama, mejor conocido como Budha, descubrió que la causa del sufrimiento humano es el ego, es decir el yo y que lo que genera este constructo, como diriamos hoy, es nuestra mente, nuestro pensamiento.

He ahí una lógica muy simple de entender aunque a veces difícil de experimentar: si la idea del yo es la que genera el sufrimiento ya sea por el apego, la espera o el deseo, hay que buscar donde se genera ese yo. ¿De qué es consecuencia eso a lo que nos referimos constantemente con el vocablo yo? Solemos decir: yo corrí una milla, yo compré un carro nuevo, yo voy de viaje, etc. Ese yo, ego (yo en griego) lo creamos con el pensamiento, es decir, la mente. Si eliminamos la mente, el pensamiento, eliminamos el yo y si eliminamos el yo eliminamos el sufrimiento. Pero el asunto no se queda ahí. El humano tiene que morir. De hecho, es a priori esa muerte propia la certeza única evidente. El humano nace y desde su nacimiento descuenta los días acercándose cada segundo a la muerte. Cuando alcanzamos el estado de no pensar no hay ego, es allí cuando experimentamos la muerte del yo. Aspecto que nos conduce a entender con claridad, tras la certeza que da, no un saber, sino una experiencia: que antes de nacer existíamos y existiremos despues de morir. Así queda resuelto de manera obvia el problema de la finitud que es finitud del yo, pero no finitud de la sustancia que estuvo aquí antes de ese yo y estará después.

Sin embargo este mundo de las palabras no nos conduce a este entendimiento. Es la experiencia del estado cero como la llama Yoshu Sasaki Roshi quien nos ha enseñado que hablando no se entiende y solo se entiende callando la mente. Por eso meditamos, por eso practicamos zazen. El zendo universitario se reune todos los martes a las 11:30 am. y está abierto a la participación de todo el personal del recinto, estudiantes e inclusive a la comunidad en general.

martes, 1 de junio de 2010

Angustia Existencial

¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Por qué existimos? ¿Para qué vivo en este frenesí que no me deja respirar? ¿Por qué todo anda así?

Nuestra crisis mundial ha conducido a que cada ciudadano del mundo se vea afectado por ella. El desempleo, los temores económicos, y la inseguridad vital nos conduce a acentuar esas preguntas comunes generadas por lo que se le llama la angustia existencial. Esta angustia genera en nosotros una sensación de vacío y de impotencia. Solemos pensar que hasta que no resolvamos en nuestra mente las causas de estas preguntas nuestra sensación de vacío no se irá. Vemos todos los días como personas llegan a extremos que no tenemos que describir aquí debido a la profundidad de su angustia. Hay personas que inclusive teniendo fe y creencias fuertemente afirmadas en distintas tradiciones religiosas entran en una crisis inesperada para todos incluyendo en el sombro hasta a la propia persona que no pueden reconocer que es lo que le sucede. A pesar de la fe el vacío se encuentra también allí. Si el que me observa no se auto engaña podrá observar que así es.

Ahora, surgen en nosotros nuevas preguntas. ¿Cómo podemos resolver esta angustia que genera este vacío? ¿Cómo podemos resolver el origen de nuestra angustia existencial? ¿Qué podemos hacer para salir de esta sensación de impotencia? La solución a todas estas dificultades es solo una. En una sola palabra la salida de esta situación es la contemplación. La contemplación es realmente el antídoto a esta condición que en nuestra vida genera tanto sufrimiento.

Pero ¿Qué es esto de la contemplación? La contemplación es un ejercicio que al igual que el físico requiere disciplina. Si no la tienes en este momento no te preocupes. La dispersión que es consecuencia de la angustia existencial y la misma se irá disipando según vayamos profundizando en esta gimnasia de la mente que conocemos como la contemplación. Así que la contemplación es en principio un ejercicio de la mente. Si usted lo realiza en unos días comenzara ver los primeros resultados. Pero ¿cómo se practica?

Hay varias formas sencillas de realizar esta práctica: Primero debes sacar unos 5 a 7 minutos al día. Necesitarás una silla o sustitutos de cojines, dependiendo de tu preferencia y comodidad. Además necesitarás un reloj. Básicamente el ejercicio de la contemplación se puede resumir en un verbo: sentarse. Veamos cómo debemos sentarnos.

En una silla: debemos sentarnos cómodos pero a la mitad frontal de la silla donde la espalda, que debe permanecer derecha, no toque el espaldar, con ambos pies completos sobre el suelo, con las manos bajo del ombligo la palma izquierda sobre la derecha con los pulgares unidos a la altura del ombligo. Los ojos deben estar abiertos mirando el suelo a unos 45 grados. Es decir con una mirada diagonal hacia el suelo. Concéntrese en la respiración. Permanezca sentado por el tiempo que haya definido usted entre 5 y 7 minutos.

En sustitutos de cojines: Puedes doblar en cuatro partes un “conforter” o frisa ancha. Ponerlo sobre el suelo y a una pulgada de uno de los bordes poner tres a cuatro toallas de baño dobladas en forma cuadrada o rectangular una sobre la otra. Debe uno sentarse, con la espalda mirando hacia el borde que dista a una pulgada de las sobre las toallas de manera que las piernas cruzadas queden sobre el resto de la frisa. Es importante que mantenga la espalda derecha, con las manos bajo del ombligo la palma izquierda sobre la derecha con los pulgares unidos a la altura del ombligo. Es decir con una mirada diagonal hacia el suelo. Concéntrese en la respiración. Permanezca sentado por el tiempo que haya definido usted entre 5 y 7 minutos.

Luego de semanas, según vaya gustando de los frutos de esta práctica puede añadir otra sesión de 5 a 7 minutos con un descanso de uno a dos minutos poniéndose de pié delante de su silla o cojín por un período de uno a dos minutos. Al llegar a 3 periodos de práctica de siete minutos o cuatro de cinco puede intentar eliminar uno a uno los periodos de descanso hasta llegar a los veinte o veintiún minutos consecutivos. Desde allí puede continuar con la práctica a su gusto hasta los 30 minutos al día.
Vea por usted mismo los frutos. Alcance la concentración y la paz que necesita en estos momentos de tanta angustia.

Un abrazo fraternal. Recuerde que todos los martes a las 11:30 nos reunimos en el Zendo que se encuentra detrás del edifico Académicos #3 en la UPR de Bayamón.

Si desea mantener comunicación con este servidor puede hacerlo a zendouniversitario@hotmail.com